Conectar con la Belleza Superior es participar de la divinidad que todo lo realiza desde una fuente inagotable de luz. La creatividad es una participación humana simple y limitada comparada con la fuerza creacional del universo; pero absolutamente gigante e ilimitada como recurso fundamental de nuestra vida para trascender lo físico, lo temporal y lo racional. 

Prepararnos para un proceso creativo es soltar las amarras de todo lo establecido para jugar y fluir con el misterio. Este proceso no es sólo construcción de aquellas personas que se entrenan y buscan expresiones de índole artística, sino que lo creativo es un patrón de belleza que puede instalarse y ser lenguaje de cualquier acto o pensamiento humano: un artista, un artesano, o la existencia cotidiana de cualquier individuo.

Entender la creatividad como un proceso implica desconectarnos de la exigencia de la hoja en blanco o de las manos del artesano dormidas en la arcilla. Impone un tiempo de incubación que produce circunstancias y estímulos que dan lugar a la concepción de una idea o de un proyecto. Es un tiempo de descansar en la espera, la cual es el germen que produce el acto creativo saliendo de situaciones de bloqueo que paralizan. 

Cuando ya concebimos una idea, una imagen, un sonido; nos dejamos fluir con el momento de inspiración, verificando que es el camino que nos lleva a la realización o pensamiento de la novedad. Aunque es un plano etéreo, lo ponemos en contacto con la razón y lo perfeccionamos, adueñándonos de la obra que estamos creando para soltarla de inmediato como un regalo que hacemos, devolviendo algo de lo recibido. 

Las Flores y su dinámica de manifestación son una metáfora de la potencia creativa. Ellas tienen un patrón genético que las lleva irremediablemente a la repetición. Los jazmines no suelen ser azules, ni las flores de aloe dejan nunca de ser penacho; cada flor es diferente por sutiles diferencias de expansión: jugando con el sol, con el rocío de la noche, o con la brisa que corre en las mañanas. 

Nosotros podemos intencionar el acto creativo y podemos darnos cuenta que algo no está funcionando; es entonces donde podemos acordar con el pool de Flores del preparado una participación que ellas no programan, pero en la que existen vibrando con la Belleza de todo el universo.