En el chakra 4 se mueve el primer motor móvil que es el amor. Es el lugar donde conjugamos el verbo «amar» y a esto lo llamamos en nuestro sistema elemento amor. Esta energía es inmanente al ser, lo sostiene desde antes de existir en este plano. Es potencia pura y realización al mismo tiempo. En este centro, el movimiento circular amoroso, se convierte en vórtice de actividad para la recepción, la asimilación y transmisión de energía vital. Aquí circula la fuerza creadora de la concepción, un disparo de vida que permanece a pesar del tiempo y de las circunstancias. Es el nido del amor en la familia, alejándonos de la soledad y dando fortaleza a nuestra vida afectiva, que puede estar devastada. Este amor llena de luz los espacios de la noche que a veces nos tragan. Esta luz que trae el amor en el corazón, hace posible la alegría en nuestra vida y nos llena de confianza para salir de la tristeza. En este centro energético de la bondad que no se mide pueden removerse estructuras que nos mantienen cerrados, nos liberan del dolor y del resentimiento. Es un lugar de encuentro fundamental entre nuestra naturaleza y algo Superior que lo hace posible.