En el chakra 1 -una fuerza inmanente que es interna e inseparable al ser y a su esencia- se desarrolla un proceso de «tener». Una energía femenina que se abre receptivamente a lo que necesita. Es un lugar de transformación de potencia pura a la manifestación.
Por eso, es la fuerza de lo no manifestado, un puente de conexión fluida y receptiva. Es la primera mirada hacia nuestros padres, dependiendo de esa percepción nuestra posibilidad de ser mansos y firmes. En este lugar vibracional nos separamos de la oscuridad, la cual deja de ser una confusión y podemos tomar la luz.
Al entrar y mezclarse la luminosidad, desaparece lo mustio, lo que se pudre antes de ser. Es un lugar donde se marca nuestra primera impresión de la belleza como trascendental, que rompe patrones. Es aquí donde hacemos nuestras primeras letras sobre la intención y el deseo. Nuestra capacidad para saber pedir.
Nuestro bálsamo de unción número 1 trabaja con estas energías.