Los seres vivos tienen campo electromagnético, un sistema de frecuencias de alta complejidad que, entre otras cosas, sostiene el correcto funcionamiento bioquímico así como el equilibrio biológico y psíquico.
Cualquier conflicto en la interacción con el entorno familiar o social desencadena implicancias que alteran el aspecto psicoemocional que, de no resolverse, puede tener consecuencias somáticas. De la misma manera, la incapacidad de asumir las alteraciones físicas puede extender el desequilibrio a un nivel psicoemocional.
Nuestras esencias y los productos derivados, aportan “frecuencias armónicas” a las perdidas energéticas del campo electromagnético, estimulando la capacidad restauradora del propio sistema energético.
Las esencias florales del Uritorco tienen la capacidad vibracional de acompañar el proceso de restauración de los sectores de “alta frecuencia” que corresponden a la emocionalidad, lo que trae como consecuencia la armonización entre el mundo interno y el medio.