En el proceso de esperar y recibir alivio es necesario comprender el sufrimiento que nos toca transitar como un misterio, pues casi nunca lo entendemos. Este es el primer paso de un cambio real para terminar con el dolor. Nuestros pensamientos y nuestro plano corporal están necesitando este momento de introspección profunda para conocer y asumir lo que este dolor nos produce. Aunque nos cueste, debemos aceptar que el sufrimiento en cualquiera de sus formas es parte del aprendizaje que nos lleva necesariamente a otro lugar. 

Con la dificultad que significa estar en estos zapatos, es fundamental dejar de verlo como algo negativo y aceptarlo como algo inherente a nuestra naturaleza de existir, decretando que solo será algo temporal, que en un momento se irá. Intentemos vivir el presente, el aquí y ahora de la forma que podamos, asumiendo el sufrimiento y también la necesidad de adaptarnos a esa realidad lo antes posible; no para sostenerlo sino para vencerlo.  

En este proceso tenemos que aprender a manejar holgadamente las emociones reactivas; como la rabia, la ira, la tristeza; que si llegan podemos abrazar sin pedir permiso a nadie, sufrirlas y llorar con ellas para trascenderlas y racionalizarlas. De a poco iremos cerrando este círculo de una etapa de dolor, recibiendo alivio y la llegada de una etapa diferente. 

La vida merece ser vivida aunque a veces tengamos que asumir esta Montaña Rusa que nos sacude hasta revolver las tripas. Adaptarnos al cambio es el  mayor signo de madurez personal, es un desafío constante en el que nos vemos sintiendo, actuando y reaccionando a cada estímulo. 

Conectarse con las Flores de este preparado puede traernos la barra de seguridad que nos sujeta al asiento del alivio, en el vértigo de la panza en la caída; y puede ser la espera de un remanso en que podamos respirar tranquilos, encontrando la serenidad que perdimos en el viaje. El alivio llega siempre y, paradójicamente, resulta inesperado cuando nos perdemos en la ceguera del dolor. Abrir los ojos es la posibilidad de verlo llegar.