Las flores del corazón son un grupo de cinco flores cactarias que articulando con el lirio del valle, del subsistema de las flores santas, que aporta la fuerza de la presencia crística y la palma caranday, aportando la fuerza primaria de la energía vital de la concepción; constituyen un sub-grupo, que actúa en el centro emocional del sistema, como pool de rescate.
De esta manera, la fuerza creadora desde arriba y la fuerza progenitora desde abajo, conforman y sostienen este sub-grupo que denominamos núcleo emocional, que atraviesa verticalmente el sistema y se expande con fuerza de rescate, desde las flores del corazón.
Número 4: Lirio del valle
Aunque ya lo presentamos con las flores santas, volvemos a la importancia de esta flor que acompaña todo proceso de transformación profunda, aportando en nuestra vida una visión de expansión, que abre nuestra conciencia a una dimensión espiritual que nos pone frente a la presencia de un ser superior, creador y primer motor de la fuerza amorosa que transforma nuestra vida.
Es una flor para FLUIR CON DIOS, la fuerza superior, el amor.
Número 11: Cactus de la belleza: Opuntia
Nos acompaña en un proceso de mover estructuras que nos mantienen “cerrados” a ver otra realidad que no sea la nuestra. Nos ayuda a decir “si” y a dejar de negar lo que afuera lastima de nosotros a los demás o a nosotros mismos. Dejamos de negar lo que nos enferma. Calienta el corazón congelado. Acompaña el proceso de un viaje interior de reconocimiento. Amargura. Rigidez en alguna postura que hace daño y también nos lastima a nosotros. Resentimiento. Desconfianza. Falta de dialogo. Desprecio. Es una flor
para decir si. Es una flor que nos trae confianza en el corazón.
Es una flor que nos trae CONFIANZA en el corazón.
Número 18: Cactus de la alegría: Quimila
Nos acompaña en un proceso de liberar la tristeza que anega nuestra vida y que termina “tragándonos” hacia abajo, a la depresión, a caminos sin salida. Nos interpela cuando tapamos tristeza o vacío con hiperactividad. Nos ayuda a recuperar el permiso para la alegría. Nos acompaña a liberarnos de la culpa y mandatos que no nos dejan vivir en paz. Angustia extrema. Ganas de morirse. Debilidad del corazón. Sentirse muerto. Dolor por pérdidas irreparables. Peligro de muerte. Falta de fuerzas. Bajar los brazos. Es una flor que nos trae alegría en el corazón.
Es una flor que nos trae ALEGRÍA en el corazón.
Número 25: Cactus de la noche: Cereu
Nos acompaña en un proceso de liberar el miedo que nos ata al dolor. Nos ayuda a liberar el pecho y la garganta del ahogo. Nos acompaña en un proceso de recuperar la seguridad, la confianza, la estabilidad. Pone luz en la oscuridad de los malos presentimientos. Sospechas. Miedos. Sensación de ahogo. Inseguridad. Falta de certeza en los motivos del miedo. Presentimiento de enfermedades graves. Miedo a la muerte. Sentirse en un callejón sin salida. Desesperación. Pánico. Es una flor que nos trae luz en el corazón.
Es una flor que nos trae LUZ en el CORAZÓN.
Número 32: Cactus de las virtudes: Candican
Nos acompaña en un proceso de reconstrucción de nuestra vida afectiva, que sentimos devastada por la pérdida de afectos en las relaciones personales o en vínculos familiares. Nos reviste de fuerza para la sensación de abandono y ruptura. Neutralizan nuestro movimiento polarizante de la culpa y la inocencia. Sensación de abandono por la ruptura de las relaciones personales. Corazón roto. Separación. Divorcio. Dinámicas de víctima y perpetrador. Es una flor que nos trae fortaleza en el corazón.
Es una flor que nos trae FORTALEZA en el CORAZÓN.
Número 39: Cactus de los ancestros: Rufida
Nos acompaña en un proceso de recuperar la confianza, para sanar el dolor que nos produce la soledad, ayudándonos a recuperar nuestra identidad y la historia personal. Trabajan sobre nuestras inseguridades que permiten la intromisión de otras personas en nuestros asuntos. Dolor que nos da la soledad. Sensación de ser rechazados. “sentirse diferente“ a todos. Exilio. Escaparse. Mudanzas obligadas, separación de los hijos. Oveja negra de la familia. Adopción. Abandono. Separación de hermanos. Peleas por herencias o lugar de poder en la familia. Es una flor que nos trae: la familia en el corazón.
Es una flor que nos trae: la FAMILIA en el corazón.
Número 43: Palma caranday
Esta flor pertenece al sub-sistema de los elementos. Tiene la gran función de sostener el núcleo emocional como flor independiente y es en sí misma una Gestalt que nutre todo el sistema es un vehículo vibracional que replica la fuerza creadora generada en la unión de un hombre y una mujer para la concepción de nuestra vida. Es superior, incluso a la intención de las personas involucradas en ese encuentro íntimo. Esta energía sexual es energía creadora y es reabsorbida por nosotros y transmutada en energía vital. Es una fuerza amorosa inconmensurable, que subsiste más allá de las circunstancias vividas, por este hombre y esta mujer -nuestros padres- en el momento de la fusión creacional y también más allá de la historia que acompañó este proceso de la vida en el seno materno y el momento de nacer. Esta energía es la fuerza vital que permanece en nuestro sistema familiar y constituye una verdadera fuente donde nutrirse, cuando deseamos alinearnos con la vida, el amor y nuestra ruta de viaje para la realización personal.
Una flor para tomar LA FUERZA del AMOR.